Blog de la Tertulia Literaria HERMES, que se reune en el restaurante EL REBOST DE LA PLANA de la plaça Trilla 3 de Barcelona
viernes, 7 de octubre de 2011
PRESENTACIÓN DE LA NOVELA LA LLAMADA
César Garzón presentó el día 21-09-2011 la novela La llamada de la escritora Olga Guirao
Para entender mejor La llamada vale la pena repasar la obra de Olga.
Su primera novela , de 1992, Mi querido Sebastián, fue finalista del premio Herralde. Entre las páginas de mi ejemplar, dedicado a mi mujer, hay una hojita de fe de erratas donde aclara que Olga nació en 1956 y no en 1950 como dice la contraportada. La novela está escrita en forma de monólogo dirigido del protagonista, Guillermo, a Sebastián. Cuenta una historia “almodovariana”, de amor homosexual frustrado en el colegio. El horrible matrimonio que contrae el protagonista del que, sin embargo, nace una hija. Su deriva por la vida sin que llegue nunca a realizarse su peculiar e idealizada relación con Sebastián para terminar estableciendo una intensa relación con su propia hija. Entre medias y de forma extraordinaria cuenta las conspiraciones estudiantiles de la época, describe la comisaría de Vía Layetana o el ambiente de los juzgados, para mí, aunque colateral, es de lo mejor de la novela. También me llama la atención la economía de medios. Por ejemplo, siendo el protagonista músico, me parece que no se cita ni una vez las piezas que interpreta.
Su segunda novela , de 1996, también en Anagrama, Adversarios admirables, contrapone dos monólogos los de Teresa y Simón. En mi ejemplar había como señal una quiniela sin rellenar...Quien sabe si el haber hecho esta quiniela hubiera cambiado mi destino. Los protagonistas Teresa y Simón, se encuentran por puro azar en el Ateneo e inmediatamente saltan chispas que se convierten en incendio. Otra vez el azar : estar en el lugar adecuado en el momento oportuno y, añado, además saber reconocerlo...Pero ¡ay!, tres años de fuego y llamas y treinta de cenizas... Teresa va creciendo y madurando a lo largo de la novela. Simón, profesor entusiasta de latín, por contra, se va degradando y disminuyendo. La descripción de la evolución del trabajo de un profesor de clásicas de instituto , también colateral a la hª principal, es extraordinaria. Al final Teresa, que es la fuerte, protege con ternura y compasión a Simón. Es una novela redonda, sin cabos sueltos, también escrita con concisión, con el alarde de algunas citas literarias, siempre oportunas. Es la hª de un amor clásico.
La tercera novela de 2002 se titula Carta con diez años de retraso y está publicada por Espasa. Aquí he de decir que mi ejemplar va teniendo las hojas amarillentas, de lo que deduzco que Anagrama utiliza mejor papel o mejor técnica impresora...La novela está construida mediante un intercambio de e-mails entre dos escritores, Max y Levita. Viene a ser una enumeración de diferentes tipos de amor pero resaltando una relación vital en ambos, Max y Amparo, Levita y Antonio que les deja malheridos de por vida. El inicio de la relación de Max y Amparo lo encuentro genial mucho más creible que el de Levita y Antonio que me parece paterno-filial... Pero el libro, sobre todo, es más un ensayo acerca de la desaparición de la estructura familiar tradicional sin que nada haya sustituido ese ordenamiento clásico. Está el cuento de los dioses paganos y los monos. El papel de la ambición.También las citas de Pessoa. Las reflexiones sobre la poligamia de los hombres o acerca de que humanización es la domesticación del instinto. Se cierra una época y se abre otra distinta. Diferentes formas de relación son válidas puesto que hay muchas formas de querer. Siendo fácil, es un libro que requiere una lectura más atenta que los anteriores para poder disfrutar de sus reflexiones y citas aunque, como novela sea menos acabada que las otras, a mi modo de entender.
Si repasamos, tendremos orden almodovariano en la primera, orden clásico en la segunda, reflexión sobre ambos en la tercera, con aceptación de la realidad de un orden nuevo puesto que es lo que hay.
Con La llamada, Olga hace una propuesta distinta : Se pregunta acerca de la NECESIDAD de la existencia de Dios, no propiamente de la EXISTENCIA. Todos los protagonistas en algún momento de la novela se lo van a preguntar y van a dar respuestas diferentes. Para ello escribe un libro de ciencia ficción que se edita en Minotauro, claro, en 2011.También está escrito en forma de monólogo, con algunos pequeños diálogos.
El narrador, un extraterrestre del que no llegamos a saber el nombre, está enamorado o fascinado por la música compuesta por una mortal, La sinfonía de los valles , que ha conseguido propagarse por todo el universo . Estos extraterrestres tienen la capacidad de leer el pensamiento y el narrador viene al rescate de Gracia, la compositora y profesora de música, que atraviesa un mal momento por la muerte de su amado. Poco después otro personaje, en principio un malévolo agente americano, Walker Jones, se introduce de forma apasionada en la hª ya que trata de reencontrar al ser que le salvo la vida en su niñez. Fue el Maestro, el creador por error de la humanidad doliente y que, se ha marginado de los suyos para compartir las penas de esta humanidad, viviendo en una tribu amazónica primitiva a la que su contacto mejora de forma espectacular , pues viven siempre con el amor a la verdad. Para ellos, el Maestro es el enviado de su Dios, Wanadí. La misión de este no es explicar el mundo, sino dar sentido y esperanza a los hombres.
En una conversación en casa de Gracia el narrador le dice que Dios no le parece una hipótesis plausible y Gracia se desmorona pues su único alivio era la fe y entonces pierde el sentido de su vida. El narrador se lamenta : “ Entre la realidad y la inocencia elegí la realidad y me equivoqué, ¿y si hubiera un Dios observándonos y compadeciéndonos?”.Van en busca del Maestro , le encuentran . Walker Jones logra la paz interior y lamenta no haber tenido a Dios en algunos momentos de su vida. El Maestro ayuda a rescatar a Gracia proponiéndole una tarea.
En todo el relato sobrevuela la amenaza de Omnia, cometa que va a extinguir en plazo breve el Laboratorio o Tierra y todo el sistema solar. Al final los protagonistas, incluida la tribu yekuana consiguen introducirse en la Base, donde a pesar de la terrible contaminación que les supone el contacto con los humanos, han permanecido los compasivos extraterrestres. La propia onda expansiva de Omnia les lanzará fuera de su alcance. Y parece que lo consiguen, pues se ha conservado el relato de uno de los protagonistas..., con la ayuda de Wanadí.
En la novela hay dos citas oportunas. Una de Hamlet “ esa región ignorada cuyos confines jamás vuelve a traspasar viajero alguno...”, y , sobre todo, de las últimas estrofas de El cuervo, de Poe, para describir el estado de ánimo de Gracia.
El estilo, vuelve a ser conciso, nada retórico. Hay que pasar páginas para encontrar alguna frase que alivie la tensión, aunque sea un pequeño despilfarro, como “rayaba el alba”, o, unas lineas más tarde, “sonaba el luminoso canto del turpial al amanecer, limpio y exacto como un salmo”. A algunos nos hubiera gustado algún exceso más de este tipo. Aunque no soy un gran lector de ciencia ficción recuerdo que me fascinaron los paisajes de La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula Le Guin, o las naves y vientos solares de Arthur Clark. Uno levanta la cabeza y ve parte del cosmos, más en mi pueblo que aquí, y esa visión transmite un montón de sensaciones. Estaría bien que alguna de estas sensaciones, ¿inefables?, las transmitiera un libro de ciencia ficción con personajes que vienen de alguna parte del cosmos...
En cuanto a la propuesta del libro, la necesidad de Dios, acudo sin reparos a unos párrafos de un artículo de Vargas Llosa en El País del 28-Agosto pasado. Transcribo :
Durante mucho tiempo se creyó que con el avance de los conocimientos y de la cultura democrática, la religión, esa forma elevada de superstición, se iría deshaciendo, y que la ciencia y la cultura la sustituirían con creces. Ahora sabemos que esa es otra superstición que la realidad ha ido haciendo trizas. Y sabemos, también, que aquella función que los pensadores decimonónicos, con tanta generosidad como ingenuidad, atribuían a la cultura, esta es incapaz de cumplirla, sobre todo ahora. Porque, en nuestro tiempo, la cultura ha dejado de ser esa respuesta seria y profunda a las grandes preguntas del ser humano sobre la vida, la muerte, el destino, la historia, que intentó ser en el pasado, y se ha transformado, de un lado, en un divertimento ligero y sin consecuencias, y, en otro, en una cábala de especialistas incomprensibles y arrogantes, confinados en fortines de jerga y jerigonza y a años luz del común de los mortales.
La cultura no ha podido reemplazar a la religión ni podrá hacerlo, salvo para pequeñas minorías marginales al gran público. La mayoría de los seres humanos sólo encuentra aquellas respuestas, o, por lo menos, la sensación de que existe un orden superior del que forma parte y que da sentido y sosiego a su existencia, a través de una trascendencia que ni la filosofía, ni la literatura, ni la ciencia han conseguido justificar racionalmente. Y, por más que tantos brillantísimos intelectuales traten de convencernos de que el ateísmo es la única consecuencia lógica y racional del conocimiento y la experiencia acumuladas por la historia de la civilización, la idea de la extinción definitiva seguirá siendo intolerable para el ser humano común y corriente, que seguirá encontrando en la fe aquella esperanza de una supervivencia más allá de la muerte a la que nunca ha podido renunciar. Hasta aquí Vargas Llosa.
Creo que Olga, en La llamada, ha sido una fiel intérprete de estos postulados y sólo me queda felicitarla por ello.
21-Septiembre-2011
Para entender mejor La llamada vale la pena repasar la obra de Olga.
Su primera novela , de 1992, Mi querido Sebastián, fue finalista del premio Herralde. Entre las páginas de mi ejemplar, dedicado a mi mujer, hay una hojita de fe de erratas donde aclara que Olga nació en 1956 y no en 1950 como dice la contraportada. La novela está escrita en forma de monólogo dirigido del protagonista, Guillermo, a Sebastián. Cuenta una historia “almodovariana”, de amor homosexual frustrado en el colegio. El horrible matrimonio que contrae el protagonista del que, sin embargo, nace una hija. Su deriva por la vida sin que llegue nunca a realizarse su peculiar e idealizada relación con Sebastián para terminar estableciendo una intensa relación con su propia hija. Entre medias y de forma extraordinaria cuenta las conspiraciones estudiantiles de la época, describe la comisaría de Vía Layetana o el ambiente de los juzgados, para mí, aunque colateral, es de lo mejor de la novela. También me llama la atención la economía de medios. Por ejemplo, siendo el protagonista músico, me parece que no se cita ni una vez las piezas que interpreta.
Su segunda novela , de 1996, también en Anagrama, Adversarios admirables, contrapone dos monólogos los de Teresa y Simón. En mi ejemplar había como señal una quiniela sin rellenar...Quien sabe si el haber hecho esta quiniela hubiera cambiado mi destino. Los protagonistas Teresa y Simón, se encuentran por puro azar en el Ateneo e inmediatamente saltan chispas que se convierten en incendio. Otra vez el azar : estar en el lugar adecuado en el momento oportuno y, añado, además saber reconocerlo...Pero ¡ay!, tres años de fuego y llamas y treinta de cenizas... Teresa va creciendo y madurando a lo largo de la novela. Simón, profesor entusiasta de latín, por contra, se va degradando y disminuyendo. La descripción de la evolución del trabajo de un profesor de clásicas de instituto , también colateral a la hª principal, es extraordinaria. Al final Teresa, que es la fuerte, protege con ternura y compasión a Simón. Es una novela redonda, sin cabos sueltos, también escrita con concisión, con el alarde de algunas citas literarias, siempre oportunas. Es la hª de un amor clásico.
La tercera novela de 2002 se titula Carta con diez años de retraso y está publicada por Espasa. Aquí he de decir que mi ejemplar va teniendo las hojas amarillentas, de lo que deduzco que Anagrama utiliza mejor papel o mejor técnica impresora...La novela está construida mediante un intercambio de e-mails entre dos escritores, Max y Levita. Viene a ser una enumeración de diferentes tipos de amor pero resaltando una relación vital en ambos, Max y Amparo, Levita y Antonio que les deja malheridos de por vida. El inicio de la relación de Max y Amparo lo encuentro genial mucho más creible que el de Levita y Antonio que me parece paterno-filial... Pero el libro, sobre todo, es más un ensayo acerca de la desaparición de la estructura familiar tradicional sin que nada haya sustituido ese ordenamiento clásico. Está el cuento de los dioses paganos y los monos. El papel de la ambición.También las citas de Pessoa. Las reflexiones sobre la poligamia de los hombres o acerca de que humanización es la domesticación del instinto. Se cierra una época y se abre otra distinta. Diferentes formas de relación son válidas puesto que hay muchas formas de querer. Siendo fácil, es un libro que requiere una lectura más atenta que los anteriores para poder disfrutar de sus reflexiones y citas aunque, como novela sea menos acabada que las otras, a mi modo de entender.
Si repasamos, tendremos orden almodovariano en la primera, orden clásico en la segunda, reflexión sobre ambos en la tercera, con aceptación de la realidad de un orden nuevo puesto que es lo que hay.
Con La llamada, Olga hace una propuesta distinta : Se pregunta acerca de la NECESIDAD de la existencia de Dios, no propiamente de la EXISTENCIA. Todos los protagonistas en algún momento de la novela se lo van a preguntar y van a dar respuestas diferentes. Para ello escribe un libro de ciencia ficción que se edita en Minotauro, claro, en 2011.También está escrito en forma de monólogo, con algunos pequeños diálogos.
El narrador, un extraterrestre del que no llegamos a saber el nombre, está enamorado o fascinado por la música compuesta por una mortal, La sinfonía de los valles , que ha conseguido propagarse por todo el universo . Estos extraterrestres tienen la capacidad de leer el pensamiento y el narrador viene al rescate de Gracia, la compositora y profesora de música, que atraviesa un mal momento por la muerte de su amado. Poco después otro personaje, en principio un malévolo agente americano, Walker Jones, se introduce de forma apasionada en la hª ya que trata de reencontrar al ser que le salvo la vida en su niñez. Fue el Maestro, el creador por error de la humanidad doliente y que, se ha marginado de los suyos para compartir las penas de esta humanidad, viviendo en una tribu amazónica primitiva a la que su contacto mejora de forma espectacular , pues viven siempre con el amor a la verdad. Para ellos, el Maestro es el enviado de su Dios, Wanadí. La misión de este no es explicar el mundo, sino dar sentido y esperanza a los hombres.
En una conversación en casa de Gracia el narrador le dice que Dios no le parece una hipótesis plausible y Gracia se desmorona pues su único alivio era la fe y entonces pierde el sentido de su vida. El narrador se lamenta : “ Entre la realidad y la inocencia elegí la realidad y me equivoqué, ¿y si hubiera un Dios observándonos y compadeciéndonos?”.Van en busca del Maestro , le encuentran . Walker Jones logra la paz interior y lamenta no haber tenido a Dios en algunos momentos de su vida. El Maestro ayuda a rescatar a Gracia proponiéndole una tarea.
En todo el relato sobrevuela la amenaza de Omnia, cometa que va a extinguir en plazo breve el Laboratorio o Tierra y todo el sistema solar. Al final los protagonistas, incluida la tribu yekuana consiguen introducirse en la Base, donde a pesar de la terrible contaminación que les supone el contacto con los humanos, han permanecido los compasivos extraterrestres. La propia onda expansiva de Omnia les lanzará fuera de su alcance. Y parece que lo consiguen, pues se ha conservado el relato de uno de los protagonistas..., con la ayuda de Wanadí.
En la novela hay dos citas oportunas. Una de Hamlet “ esa región ignorada cuyos confines jamás vuelve a traspasar viajero alguno...”, y , sobre todo, de las últimas estrofas de El cuervo, de Poe, para describir el estado de ánimo de Gracia.
El estilo, vuelve a ser conciso, nada retórico. Hay que pasar páginas para encontrar alguna frase que alivie la tensión, aunque sea un pequeño despilfarro, como “rayaba el alba”, o, unas lineas más tarde, “sonaba el luminoso canto del turpial al amanecer, limpio y exacto como un salmo”. A algunos nos hubiera gustado algún exceso más de este tipo. Aunque no soy un gran lector de ciencia ficción recuerdo que me fascinaron los paisajes de La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula Le Guin, o las naves y vientos solares de Arthur Clark. Uno levanta la cabeza y ve parte del cosmos, más en mi pueblo que aquí, y esa visión transmite un montón de sensaciones. Estaría bien que alguna de estas sensaciones, ¿inefables?, las transmitiera un libro de ciencia ficción con personajes que vienen de alguna parte del cosmos...
En cuanto a la propuesta del libro, la necesidad de Dios, acudo sin reparos a unos párrafos de un artículo de Vargas Llosa en El País del 28-Agosto pasado. Transcribo :
Durante mucho tiempo se creyó que con el avance de los conocimientos y de la cultura democrática, la religión, esa forma elevada de superstición, se iría deshaciendo, y que la ciencia y la cultura la sustituirían con creces. Ahora sabemos que esa es otra superstición que la realidad ha ido haciendo trizas. Y sabemos, también, que aquella función que los pensadores decimonónicos, con tanta generosidad como ingenuidad, atribuían a la cultura, esta es incapaz de cumplirla, sobre todo ahora. Porque, en nuestro tiempo, la cultura ha dejado de ser esa respuesta seria y profunda a las grandes preguntas del ser humano sobre la vida, la muerte, el destino, la historia, que intentó ser en el pasado, y se ha transformado, de un lado, en un divertimento ligero y sin consecuencias, y, en otro, en una cábala de especialistas incomprensibles y arrogantes, confinados en fortines de jerga y jerigonza y a años luz del común de los mortales.
La cultura no ha podido reemplazar a la religión ni podrá hacerlo, salvo para pequeñas minorías marginales al gran público. La mayoría de los seres humanos sólo encuentra aquellas respuestas, o, por lo menos, la sensación de que existe un orden superior del que forma parte y que da sentido y sosiego a su existencia, a través de una trascendencia que ni la filosofía, ni la literatura, ni la ciencia han conseguido justificar racionalmente. Y, por más que tantos brillantísimos intelectuales traten de convencernos de que el ateísmo es la única consecuencia lógica y racional del conocimiento y la experiencia acumuladas por la historia de la civilización, la idea de la extinción definitiva seguirá siendo intolerable para el ser humano común y corriente, que seguirá encontrando en la fe aquella esperanza de una supervivencia más allá de la muerte a la que nunca ha podido renunciar. Hasta aquí Vargas Llosa.
Creo que Olga, en La llamada, ha sido una fiel intérprete de estos postulados y sólo me queda felicitarla por ello.
21-Septiembre-2011