Eugenia Cisneros
Siguiendo el llamamiento de Cesar de no dejar morir la criatura (HERMES) y para que este blog no se convierta en un monólogo, aunque eso si, siempre interesante, expondré un breve resumen de lo comentado en la tertulia sobre la novela del último dia, mal traducida según todas las opiniones como “La calle de los ladrones” (“carrer Robadors”). Espero que Arsenio tenga a bien transcribir su presentación ya que fue muy completa y lúcida, en fin, tal como es él, ya le conoceis todos. Además así no se rompe el protocolo establecido de exponer la presentación correspondiente a la novela del mes. No solo es un recordatorio para los que estuvimos sino también una puesta al dia para los que no vinieron, así como un reclamo para aquellos desconocidos amantes de la literatura que por alguna casualidad aterrizan en nuestro página.
Todos estuvimos de acuerdo en que la historia que narra el Sr. Enard quedaba un poco corta y que, podía ahondarse más en algunos pasajes. En concreto, la descripción de Tánger, que, de haberle dado mayor relevancia, se hubiera convertido en un personaje más de la novela. Nosotros lo hubiesemos agradecido ya que al tratarse de una ciudad del norte de Africa con pocas similitudes con la nuestra, podía haber dado mucho juego.
También nos pareció que el tramo entre la huida del muchacho de su casa y la adopción por parte de los fundamentalistas islámicos era poco explícito. Parece que lo pasa mal, pero no profundiza en ningún episodio.
El libro está repartido en dos partes. Una primera, en mi opinión, la más interesante, nos situa al protagonista un chico de 17 años en su ciudad natal y como un transgresor y desafortunadísimo incidente sobre todo para la parte femenina afectada, lo desvincula de su familia y lo lleva a vagar por la ciudad y malvivir en soledad llenando su saquito de esperanza con la lectura de poetas árabes, y de autores franceses de novela negra. En esta parte conoce a una barcelonesa que será el revulsivo entre otras cosas, que le empujará a emprender viaje hacia Barcelona.
Personalmente me gustó la forma como se narra el proceso de captación de los Hermanos estudiosos del Coran encabezados por el Jeque Nuredine similar al que se produciría en cualquier otra secta ideológica. Una persona desorientada, alejada de forma real o subjetiva de su familia y de su entorno, de carácter moldeable, bien por su juventud o por su propia naturaleza, que atraviesa un momento dificil de su vida, encuentra un grupo que le acoge, no le culpabiliza de sus actos, le respeta, le orienta sobre el sentido de su vida, sin dogmas cohercitivos, sin exigir casi nada a cambio, en fin, cuidándose muy mucho, al principio, de no parecer lo que realmente son y pretenden.
En la novela a Lajdar se le ofrece un trabajo, un salario, libertad para entrar y salir, y sobre todo, el sentimiento de estar acogido, de pertenecer al grupo, de no estar definitivamente solo. La solidez a la vez que amabilidad del lider Nuredine, así como su “desinteresado” apoyo, poco a poco va debilitando en el iniciado, los vínculos con su pasado hasta que se produce el inevitable choque entre los valores propios y los requerimientos ahora ya no disimulados de su nuevo padre adoptivo. En la novela este momento vendría representado por el bárbaro ataque a la librería y al propio librero, amigo/conocido del protagonista.
Recuerdo una pelicula “Good” protagonizada por Viggo Mortensen en la que un prestigioso profesor de literatura en precaria situación afectiva y economica es seducido por el “Partido Nazi” hasta que en un momento dado y de forma brutal debe cuestionarse las implicaciones éticas de su nefasta elección. Os la recomiendo. Aunque son sectas, personajes y momentos históricos diferentes, el paralelismo es incuestionable.
Alguien dijo en la tertulia que a este chico le pasaban muchas cosas, demasiadas, y también se dijo que la novela venia a ser un reportaje, un compendio de situaciones por las que probablemente deben de pasar muchos inmigrantes, principalmente los más desfavorecidos. En este sentido, creo que hay muy poca ficción en esta novela aunque algunas de las situaciones se resuelvan de manera muy literaria. Como decía Cesar, la oposición del padre de la chica se transforma absurdamente en un tumor cerebral. Bien, son licencias que podemos soportar.
Mi opinión se decantó por ver en esta historia la deliberada intención del autor de mostrar la dureza de esa andadura que inician algunos seres humanos que parten de sus hogares hacia paises donde, como recien nacidos, deberan empezar a aprenderlo todo, desde el lenguaje hasta la forma de adaptarse al entorno y a las nuevas exigencias sociales (muy bien descrito en un párrafo que leyó Raul). Y que, a pesar de ello, para el núcleo duro de la inmigración, los “sin nada”, la integración va a resultar casi imposible. El choque cultural insalvable por parte de unos y de otros, y las posibilidades de llevar una vida “normal” o “normalitzada” (hoy dia parece que ha de ser lo mismo), van a resultar nulas. Para éstos el viaje acaba convirtiendose en un morir del cuerpo y del alma en el transcurrir de su dia a dia.
También se comentó que muchos inmigrantes viven en barrios cerrados donde perpetuan sus tradiciones, comercian y trabajan dentro del gheto, se casan entre ellos y su situación no es en modo alguno abrumadora. Estan lejos de sus lugares de origen pero viven en pequeños mundos que son copias más o menos clónicas de aquellos. No obstante creo que aún siendo así, la nula o baja calidad en la interrelación con el nuevo ámbito al que ya pertenecen sin pertenecer, acaba provocando estallidos violentos de disconformidad como los que se viven periodicamente en Francia y cada vez más en otros lugares.
Me pareció muy interesante la aportación de Olga, sobre la involución de la imigración musulmana. Tras unos años de comunidades más o menos integradas y donde las diferencias no se vivian de forma dramática, los acontecimientos políticos, el recrudecimiento del fundamentalismo y la llegada de los imanes que, cuestionando el liderazgo del cabeza de familia, trastocaron esa convivencia más o menos llevadera, por otra, a nuestro entender, ilegitima, absurda y ciertamente cruel principalmente para las mujeres.
La segunda parte de la historia se centra en el deambular del protagonista por Barcelona, su admiración no exenta de cierto desprecio por nuestra cultura. Su desencanto progresivo, las dudas morales sobre la ideologia de su gente, la clara percepción de su carencia de futuro, le llevan irremisiblemente a un patético final.
Me parece tan triste que me quedo con el argumento de Christian, cuando se referia a que uno de los elementos más peculiares de esta historia es esa especie de predestinación hacia la nada, hacia el fracaso vital sea cual sea el camino que intente seguir nuestro conmovedor y desgraciado Lajdar.