viernes, 27 de noviembre de 2015

CONFESIÓN Y TEMOR

1.-¿Qué libros te llevarías a una isla desierta?. Es una pregunta tradicional en la que se supone, no se muy  bien como, que se tiene la intendencia resuelta y que se trata sólo de mirar el mar, escuchar las olas, pasear por la playa o los bosques vírgenes que la rodean...Y puesto que los días tienen 24 horas, saturados de naturaleza tan admirable, nos entrarían ganas de recuperar lazos con la civilización que hasta ahora nos ha llenado la mente. En este supuesto se trata de escoger dos libros que cumplan esa misión el mayor tiempo posible ya que el tiempo de vida Robinson  puede ser largo e incluso para siempre jamás...

 2.-Entre nosotros puede haber grandes aficionados al bricolage, la construcción, la caza, la pesca e incluso la agricultura . Entonces no necesitarían libros. Tengo mis dudas de que esto sea así. En un viaje a Francia hace unos meses, visitando un castillo, había un árbol gigante, maravilloso, con las bellotas bien visibles, la guía, por otro lado culta y encantadora, no tenía ni idea de que aquello era una encina. Esto me hace pensar que el urbanita moderno difícilmente puede llenar sus días con actividades manuales y de supervivencia. No obstante admitamos ese supuesto. Entonces se trataría de salvar los dos libros más apreciados de nuestros estantes, porque se incendia la casa, D.n.l.q., nos embargan o desahucian, D.t.l.q.

En el  caso 1º se trata de una aventura utópica, romántica, el resto de nuestros libros ahí quedan a la espera de un posible regreso, no generan sufrimiento. Me apunto.

En el caso 2º se produce un drama : los libros no escogidos van a perecer, a desaparecer de nuestra vida.   ¿ Voy a dejar morir a los Salgari, Verne, Stevenson, Mark Twain de los 10-12 años?. Y a Tarzán , Walter Scott, Conan Doyle, London, etc...Y un poco más adelante a  El guardián entre el centeno, David Copperfield, La vida nueva de Pedrito de Andía . Y un paso más, los primeros Delibes y Cela y Tiempo de silencio y La peste y un infinito y García Márquez, Vargas Llosa, etc... ¡ Santo Dios! : Tolstoy, Dostoyewski, Chejov, Flaubert, Stendhal, Galdós,Eca de Queirós, El Gatopardo. Qué sería de mí sin Saul Bellow, los Roth (Joseph, Phillip y Henry), mi colección de Thomas Mann, Yourcenar, Jünger, Stefan Zweig, Conrad, los hermanos Singer, Andrés Trapiello y mi adoración reciente Marilynne  Robinson. ¡Basta!.¡Basta!. Es como si una perversa Inquisición me fuera arrancando pedacitos de carne uno tras otro hasta dejarme los huesos mondos y el corazón como a San Sebastián : lleno de flechas. ¡Qué pesadilla!.
( Por lo menos, haría alguna trampa : escondería debajo de la camiseta El silencio de Goethe , la última noche de Schopenhauer de nuestro amigo Antonio Priante y me lo aprendería, concepto a concepto, frase a frase).

Así que pensad, pensad. Veremos como salís bien librados de esta.

César.

P.D. D.n.l.q : Dios no lo quiera. D.t.l.q.: Dios tampoco lo quiera.
Para post modernos : Dios es ese señor que estaba antes ahí.