lunes, 13 de julio de 2020

LECTURAS DE VERANO 2020

Tengo entre mis manos un tomazo titulado Cuando Einstein encontró a Kafka. El autor es Diego Moldes, un escritor gallego. Lo publica Galaxia Gutenberg.
El libro lleva como subtítulo Contribuciones de los judíos al mundo moderno y es un gigantesco cotilleo sobre las aportaciones en todas las actividades de la vida de múltiples personajes judíos en ciencias e inventos, literatura y cultura, filosofía, historia y pensamiento, empresas y mundo financiero, informática e internet, deportes, cine, televisión, música , entretenimiento, cómics, arquitectura, industria editorial, periodismo y medios de comunicación…Termina con justicia y política. Después varios apéndices sobre apellidos judíos, bibliografía y otros. Creo que es un extraordinario libro de consulta para los interesados en el tema.

Vamos a la literatura que es lo nuestro. ¿ Os suenan Kafka, Proust, Stefan Zweig?.  Pasternak, Nadine Gordimer, Imre Kertész y Nelly Sachs , también Nobel compartido con S.Y.Agnon. Y Nobel también fue Saul Bellow, a la cabeza del grupo de narradores judíos americanos que más hemos leído : Phillip Roth, Bernard Malamud, Henry Roth, mi admirado Doctorow. Y también muy querido el europeo Joseph Roth, autor de Job y La marcha Radetzky. Imposible olvidar a los hermanos Singer, Yeroslav y el Nobel Isaac Bashevis. Tampoco se puede olvidar a Cynthia Ozick. Y Elias Canetti y Arthur Koestler. Entre los propios israelitas Amos Oz, David Grossman, Abraham Yehosúa, y uno leído por nosotros Aharon Appelfeld. Los rumanos Mihail Sebastian y Norman Manea. El búlgaro Angel Wagenstein, autor de la maravillosa El Pentateuco de Isaac que leímos con satisfacción. Y Alexander Wat, polaco, Franz Werfel, checo, los rusos Vasili Grossman (Vida y  destino) e Isaac Babel, el ucraniano Israil Métter autor de La quinta esquina y otro ucraniano David Bergelson. Un holandés Harry Mulisch. Un serbio Danilo Kis.  De origen judío son Modiano, Albert Cohen, Nathalie Sarraute, Iréne Némirovsky. Y los italianos Svevo, Moravia, Carlo Levi (Cristo se detuvo en Eboli), la maravillosa Natalia Ginzburg el poeta Umberto Saba. Hasta el australiano, también leído por nosotros David Malouf. Con toda seguridad me he dejado un montón en el tintero, sin citar. Perdón, me hago mayor y esto no es una tesis doctoral.

Luego está la literatura relacionada con el Holocausto, también inacabable. Está la propia historia del mismo. El clásico por excelencia es La destrucción de los judíos europeos, de Raúl Hilberg,  publicado por Akal en 2007. Creo que es el libro más caro que  he comprado : 100 euros de entonces… También hay crónicas de diversos campos. Algunas sirvieron de testimonio en Nuremberg. O guiones de TV que luego pasaron a libro, por ejemplo y de la BBC, Laurence Rees escribió Auschwitz, muy recomendable.  Finalmente está la narrativa memoria de protagonistas o la pura ficción. Entre los primeros, está, por supuesto, Primo Levi y su Si esto es un hombre, Imre Kerstéz y Sin destino, Elie Wiesel y La noche, La especie humana de Robert Antelme, Jean Amery y Más allá de la culpa y la expiación. Del gueto de Varsovia tenemos a su pianista Spilzman y la película…De Buchenwald varios de Semprún, para mí alguno muy flojo, pero La escritura o la vida, está muy bien. Y también están Ana Frank y Paul Celán y Hanna Arendt, por citaros tres aproximaciones completamente distintas la niña adolescente, el poeta consagrado, la filósofa.

Ahora una pequeña selección de narrativa.

-Nuestro hogar es Auschwitz, de Tadeusz Borowski, ed.Alba. Colección magistral de relatos. El autor sí que estuvo en Auschwitz y Dachau. Y como Levi,  Celán, Amery se suicidó. 

- El chal, Cynthia Ocick, lo reeditó Lumen en 2016. Pura literatura. Es de Nueva York.  No estuvo en los campos.

Dos más que he conocido a través del libro de Moldes  y se lo agradezco :

-Una oración por Katerina Horovitzová, del checo Arnost Lustig, Impedimenta 2012. El autor , de jovencito, estuvo en los campos.

-El prestamista, de Edward Lewis Wallant, Asteroide 2013. Wallant es otro magnífico autor judío que  por desgracia suya y nuestra, fallece a los 36 años. No estuvo en los campos.

Estas cuatro recomendaciones últimas pueden resultar duras de leer porque hay hechos terribles. Sin embargo, esto sucedió. Y no nos conviene olvidarlo. De paso nos sirve para no quejarnos mucho por la reclusión y el “babero” al que nos tienen sometidos en estos tiempos. Comparado con lo que vivieron los protagonistas de estos libros lo nuestro son regalos…

Buen verano.

César