domingo, 24 de noviembre de 2013

COSECHA 2014-1



           (Como ya están encendidas las luces de Navidad uno se puede permitir el lujo de colocar el resumen del año, orientativo para las compras navideñas, regalos, etc...Todo será que en Enero tengamos que hacer un complementario de este resumen, como en las declaraciones de renta.
Leonardo Sciascia publicó un librito que tituló 1912+1. Por eso me permito la licencia de que esta cosecha sea la de 2014-1. También veréis que no se trata sólo de novelas sino que también cito otras obras provechosas que habitan en los campos del Señor. Y no es que las novelas no tengan un gran provecho. Conocí a una señora que leía siempre novelas de amor de duques y marquesas y acabó casando a sus hijas con vizcondes. Todo un éxito. Pero, ¡ojo!, también he conocido a algunas reinas de España encerradas en manicomios, eso sí, excelentes personas siempre que te dirigieras a ellas con respeto y, a ser posible, con una reverencia previa. Y al hilo de lo mismo , también he conocido a un hijo de Dios en la tierra, que se acostaba todos los jueves santos y no se levantaba hasta el domingo de Pascua por la mañana. Procedía de un pueblecito de Salamanca con una alta producción de frailes, curas y monjas. Se ve que con el paso de los años esa base genética del pueblo se fue decantando hasta alcanzar tan altas cumbres. Ahora perdón por la digresión y vamos al tajo.)

            Comencemos con Antigua luz, de John Banville (Alfaguara). Fue objeto de la tertulia de Marzo . Obra y autor son excelentes.
            También proceden  de las islas británicas  Stella Gibbons autora de La hija de Robert Poste (Impedimenta) y John Mortimer a quien pertenece Un paraiso inalcanzable (Asteroide) . Ambas, para mi gusto mejor la segunda, son novelas muy entretenidas.

            Al otro lado del canal de la Mancha, Francia está representada por La buena novela, de Laurence Cossé (Impedimenta). Se trata de un “metapoliciaco” en el que los protagonistas son autores y libreros. Se lee bien.
            Nada se opone a la noche, de Delphine de Vigan (Anagrama), también fue objeto de tertulia y nos gustó mucho. Conectadas con el tema de la pérdida y desaparición leí  La ridícula idea de no volver a verte, de Rosa Montero (Seix Barral), ya citada por mí a propósito de D.de Vigán en esta web, y sobre todo, el clásico del año que esta vez ha sido La muerte de Iván Ilich, varias ediciones, por ejemplo Acantilado, de Lev Tolstoi, donde se demuestra que un “grande”, no lo es por casualidad.
                        Francés es también Mathias Enard. Con Calle de los ladrones (Mondadori) la tertulia también disfrutó.
                        Libanés asentado en Francia es Amín Maalouf .¿ Recordáis su primera novela León el Africano?. Pues bien, este año ha publicado Los desorientados (Alianza). Se trata de un “Deus ex machina”, según nos enseña Blas. Varios personajes amigos de juventud del narrador  con posturas y trayectorias vitales distintas, se reúnen veinte años después en Líbano a propósito del funeral de uno de ellos. El que cada uno de los amigos represente un mundo distinto, no deja de ser un mero artificio..., pero el libro se lee muy bien y te formas un idea del país. Lo pasé bien leyéndolo.
                        Moderno  es Limónov de Emmanuelle Carrére (Anagrama), reconstrucción biográfica de la trayectoria vital de un personaje real, excelente escritura y vida de psicópata que supera la imaginación de cualquier novelista.

                        Los españoles este año no pueden quejarse. Comenzamos por Caligrafía de los sueños, de Marsé, (Lumen), tertulia de Enero. Después Absolución de Landero (Tusquets), también de tertulia en Junio y para Diciembre será Jesús Carrasco con Intemperie (Seix Barral), pero antes El río del Edén de José Mª Merino (Alfaguara), en Octubre, de grata memoria que perdurará... También he leído el premio Alfaguara de este año : La invención del amor, de José Ovejero. Muy interesantes obra y autor. Y como es autor muy recomendado Crematorio, de Rafael Chirbes (Anagrama). Sin duda buena literatura pero no es de lectura amena, al menos para mí. Está construida con inteligencia, como las parrafadas inacabables de Sánchez Ferlosio, pero hay que mantener la atención y , periódicamente, hacer una respiración profunda. Finalmente ha publicado libro Manuel Longares, Los ingenuos (Galaxia Gutenberg) . No había leído su obra más famosa, Romanticismo, publicada ya en Cátedra, letras hispánicas, la mejor colección de bolsillo de literatura en español que conozco, y he aprovechado para leer las dos. Es un autor peculiar, galdosiano, divertido, irónico , con un lenguaje riquísimo, barroco. Más que barroco. Blas: es costumbrista y en Madrid..., pero vale la pena saber quien es. Se sale de lo común. Hablar de Olga Guirao a estas alturas es como hablar de alguien de la familia,  pero, orgullo de  familia aparte, Adversarios admirables ( Anagrama) es probablemente la mejor novela española que hemos leído este año.

                        Y vamos a hacer las Américas.
                        Lo pasamos muy bien con Tomates verdes fritos, de Fannie Flagg (RBA), tertulia de Julio.
                        En Septiembre reincidimos con norteamericano de origen dominicano : La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz (Debolsillo). Aprendimos lo que es un nerd y repasamos las hazañas de los Trujillo que ya nos había contado de forma espléndida Vargas Llosa.
                        Ahora vienen dos pesos pesados.
                        Jeffrey Eugénides, americano de origen griego. Es autor de tres novelas que ha publicado con una cadencia aproximada de diez años, todas en Anagrama, las dos primeras en bolsillo. La primera es Las vírgenes suicidas, que conocéis seguramente por la película de Sofía Coppola. La segunda, de hace diez años, es Middelsex, una saga de emigrantes griegos en Detroit, desde los años veinte hasta la actualidad. Excelente. La última, de este año, es La trama nupcial, vidas entretejidas de estudiantes universitarios en los ochenta-noventa. Deslumbrante.
                        El segundo autor en James Salter. Publica en Salamandra. El 12-Abril-2013, Muñoz Molina publicó un artículo muy elogioso de este autor en Babelia, El País. A partir de ese día unos cuantos chalados , como yo, que deben ser bastantes dado el éxito editorial, hemos perseguido las obras de este autor. Os las cito , todas en Salamandra. Una colección de relatos cortos : La última noche, lleva el título del último relato que es el que impresionó a Muñoz Molina. Dos novelas Juego y distracción, breve y magnífica, medio porno pero de revista de diseño, cuenta la relación apasionada de americano y francesa en la Francia creo que de  los cincuenta-sesenta. Años luz, más extensa , con momentos excelentes y otros no tanto, sobre las relaciones y modos de vida de profesionales cualificados , arquitectos por lo menos..., en Nueva-York y alrededores y Europa, por supuesto. Finalmente, a la espera de la publicación de su última novela, también tiene algún libro más de relatos, tenemos sus memorias Quemar los días. Publicadas en 1997, cuando tenía 72 años. Aún vive. Recogen sus años de West Point, su vida de piloto militar de aviación, incluida la guerra de Corea, sus años de bohemia dorada en París y otros lugares, los personajes con los que se relaciona, etc...Magnífico libro.
 Para romper la monotonía una pequeña cita : “¿Cuando fui más feliz, más feliz que nunca en la vida?. Era difícil decirlo. Dejando de lado lo obvio, quizá el momento de emprender un viaje o de volver. Cuando tenía treinta y tantos años, quizá, y en momentos sueltos entre ellos los días ingrávidos previos a la publicación de un libro, y a veces al escribirlo. Sólo en los libros encuentra uno la perfección, sólo en los libros esta no puede estropearse. El arte, en cierto sentido, es la vida detenida en un punto muerto, rescatada del tiempo. El secreto para hacer arte es sencillo : desechar todo lo que es aceptablemente bueno.”  De Quemar los días, pág. 409. Y también tiene unas reflexiones acerca de la evolución de la novela muy interesantes. Pero no es  cuestión de aburriros más. Para otra ocasión. 

Y ahora salgamos de la novela y hablemos de historia  y otras ciencias.

La herencia del pasado. Memoria histórica de España, de Ricardo García Cárcel ( Galaxia Gutenberg). Analiza con precisión la historia de los nacionalismos en España y sus diferentes regiones. ¡ Ay Garzón, que se te ve el plumero!. No, es un libro riguroso, serio, con bibliografía espléndida.
Reciente es la Breve historia del mundo contemporáneo, de Juan Pablo Fusi, (Galaxia Gutenberg). Del mismo autor es Historia mínima de España, que recomendé el año pasado, de obligado cumplimiento. En el de este año arranca con la guerra de independencia de EEUU y va analizando en capítulos breves los principales hechos históricos mundiales hasta nuestros días. Es un recordatorio ameno, interesante, útil.
La edad de los prodigios, con el subtítulo de terror y belleza en la ciencia del romanticismo, de autor inglés, garantizado por lo tanto, Richard Holmes (Ed.Turner). Es un libro entretenidísimo sobre los grandes descubrimientos científicos de finales del XVIII-XIX. : La astronomía de Herschel, la primeras ascensiones en globo, las exploraciones de Mungo Park en Africa, etc...Se lee mejor que una novela.
El Giro, de Stephen Greenblatt (Crítica). Es un autor norteamericano, profesor en Harvard. Se trata de las peripecias de un calígrafo humanista que a comienzos del siglo XV redescubre un manuscrito de la obra de Lucrecio , De rerum natura  y de como este descubrimiento cambia las ideas dando lugar al nacimiento del mundo moderno. Libro excelente, sobre todo para descreídos, entre los que me encuentro. Absolutamente recomendable.
Un clásico  para regalar y regalaros : Imagen del mito, de Joseph Campbell (Atalanta). Es un clásico de la antropología, acerca de los mitos, arquetipos universales de la especie humana y su interpretación y representación en las diferentes culturas. Muy bien explicado e ilustrado. Un lujo. Para interesados : buen artículo en wikipedia acerca de este autor.
Dando una voltereta de 180º, verdadero giro mental, Aspectos de Wagner, librito en Acantilado de otro inglés, cómo no, Bryant Magee. Vaya por delante que no soy wagneriano. Sin embargo lo pasé estupendamente entendiendo como Wagner buscaba el “arte total”, combinando las notas musicales con las sílabas de las palabras para que cada una tuviera su énfasis, encargándose de decorados, iluminación, colocación de la orquesta, etc, etc...No os lo perdáis.
Y un libro maravilloso : Para leer a Cervantes, Martín de Riquer (Acantilado). Una delicia como desmenuza la vida del autor y su gran obra, paso a paso, como si fuera la charla de sobremesa de un sabio de infinita sabiduría...Para leer de rodillas en admiración y agradecimiento.
Finalmente, de mi admirada y ya citada en este blog, no me acuerdo donde, Bárbara W. Tuchman : La marcha de la locura (RBA). Analiza la insensatez de los gobernantes. Después de definirla pone como ejemplos  la Guerra de Troya, los papas del Renacimiento, la independencia de EEUU, la guerra del Vietnam. Como soy un fan, mi opinión no tiene mérito. Os aseguro que una vez más no me ha defraudado. Un párrafo sacado del capítulo de Troya : “En la búsqueda del significado debemos tener presente que los dioses (o Dios, si se prefiere) son un concepto de la mente humana; son criaturas del hombre, no a la inversa. Son seres imprescindibles para conferir sentido y significado a la vida  en la tierra, para explicar los fenómenos extraños e irregulares de la naturaleza, los acontecimientos azarosos y, sobre todo, la conducta humana irracional. Existen para soportar la carga de todas las cosas que resultan incomprensibles sin la intervención o el designio sobrenatural.”pág.78) .Hay que ver lo que sabían los griegos. Y, más adelante : “Según Herodoto, la obstinación es lo que priva al hombre de la razón. Los antiguos lo sabían y los griegos tenían una diosa que encarnaba esta actitud Atea o Até.” Era hija de Zeus, la mayor, y su madre era Eris, diosa de la Discordia. Até, la hija, “es la diosa de la obstinación, la maldad, el engaño y la insensatez, que priva a sus víctimas de la capacidad de decisión racional y les impide distinguir la moralidad del oportunismo” (págs.79-80). Reconoced conmigo que en estos tiempos de la Nació esto viene que ni pintiparao.¡ Ay Garzón, ya la jodiste otra vez!.

                        ( Como yo me lo guiso, yo me lo como. He decidido instituir unos premios literarios a las mejores obras del año en los apartados de narrativa y otros. Los premios son de contenido espiritual sin ningún aditamento material.
                        El premio Madrigal de oro, a la mejor novela leída por mí en el año 2012+1, ha recaído en La trama nupcial, de Jeffrey Eugenides.
                        El premio Tostado de oro a la mejor obra de ensayo, divulgación científica o histórica , leídas por mí en el año 2012+1, corresponde de forma compartida a :
                        -Para leer a Cervantes, de Martín de Riquer q.e.p.d.
                        -Aspectos de Wagner, de Bryant Magee
                        -El giro, de Stephen Greenblatt.

                        El nombre de los premios no es aleatorio, pero quien quiera saber su origen ha de consultarme directamente.)

                        Y ahora, a esperar la cosecha de 2014.


            César.

sábado, 9 de noviembre de 2013

ARTÍCULOS DE EDUARDO LAGO



Eduardo Lago y Enrique Vila-Matas en una jornadas en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona


En este enlace están una buena parte de los artículos que Eduardo Lago ha escrito en el suplemento Babelia de el diario El País.

http://elpais.com/autor/eduardo_lago/a/


miércoles, 6 de noviembre de 2013

SIBYLLE LEWITSCHAROFF publica la novela BLUMENBERG.



Lewitscharoff : "Soy una dócil y aplicada discípula de Franz Kafka"

La escritora alemana, ganadora de la edición 2013 del prestigioso premio Georg Büchner, que se otorga sólo a autores en su idioma, recrea en su reciente novela los últimos años de la vida del filósofo Hans Blumenberg. Aquí, habla de cómo construyó ese personaje, de religión y de la relación entre literatura y pensamiento


En 2001, apareció Löwen ("Leones"), libro póstumo en el que el filósofo Hans Blumenberg había trabajado -de noche, como siempre- hasta su muerte, en 1996. Löwen es un libro singularísimo que no paga ningún tributo a la fábula: historias breves, miniaturas que giran caleidoscópicamente y encuentran su centro en un único objeto, el león, coloreado por la filosofía, la teología, la literatura, la pintura. Rara coronación de la obra de un fenomenólogo, aunque de todos modos no tan rara en el caso particular de Blumenberg. Su preferencia por la literatura era más antigua y se remontaba a Glossen zu Fabeln ("Glosas sobre fábulas") -escrito de 1981 habitado también por fieras y, en línea con el título, por fábulas- y sobre todo a su escrito temprano, Paradigmas para una metaforología, de 1960, en el que proponía, podría decirse, un logos de la metáfora, cifrado justamente en el término "metaforología", que pretendía enunciar una teoría de la metáfora filosófica.
No deja de ser singular que esa vuelta de la filosofía a la literatura encontrara un nuevo avatar en la conversión del propio filósofo como personaje de novela. Es lo que ocurre en Blumenberg, el libro más reciente de Sibylle Lewitscharoff, con el que ganó hace pocas semanas el premio Georg Büchner, uno de los más importantes para escritores en lengua alemana. Es el segundo libro de Lewitscharoff que se conoce en castellano; el anterior, Apostoloff, fue publicado también, como lo será Blumenberg, por Adriana Hidalgo. Que el desembarco de la escritora alemana en lengua española se produjera en la costa argentina constituye en cierto modo una continuidad. "Viví en la Argentina hace mucho tiempo -cuenta Lewitscharoff-. En 1977, conocí en Berlín a un realizador cinematográfico argentino que estaba haciendo un curso sobre la televisión en colores, que entonces era nueva; en 1979, lo acompañé a Buenos Aires. Después recorrimos prácticamente toda Sudamérica. Eran los tiempos de la dictadura militar, pero aun así lo pasé muy bien. Creo que si no hubiera estado la dictadura tal vez me habría quedado ahí." Restos de esa experiencia aparecen, velados y casi al pasar en Blumenberg cuando, por ejemplo, uno de los personajes dice que en una época vivió en la avenida Monroe.
El primer relato de Löwen empieza con la frase "Si los leones pudieran pintar, sus cazadores serían los cazados". Podría resultar tentador buscar en esa especulación una alegoría de la novela entera de Lewitscharoff. "No estoy segura de que se pueda fijar la chispa original del libro en esa frase específica -explica la escritora-. Pero Hans Blumenberg era evidentemente un gran amante de los leones y ya ese solo dato me dio la idea de ubicar en la alfombra de su estudio a ese animal, el más poderoso que el hombre conoce. Lo hice, a la vez, para honrar al filósofo. El león ha sido desde siempre el compañero del santo y del soberano."
-No es la primera vez que los animales aparecen en sus novelas. ¿Encuentra en ellos una interpelación a lo humano?
-Me apasiona observar a los animales. Son muy importantes para mí. Afortunadamente, el contacto con los animales nos permite olvidarnos cada tanto de que somos humanos. Crecí rodeada de perros y gatos. A mi basset de pelo duro le conté al oído todas mis penas infantiles, y estaba segura de que el basset comprendía cada una de mis palabras. Los animales son los habitantes más sublimes del paraíso. Un paraíso sin animales, incluso sin animales peligrosos, no tendría ningún valor. Mi relación con los animales es de naturaleza infantil. Sigo hablando con ellos. Hay solamente una especie que odio: ¡las avispas! Son como nazis voladores.
- Löwen , el libro de Blumenberg, se caracteriza por su erudición perspicaz y, al mismo tiempo, aun en su entramado de citas, es a su modo una narración. Algo de esa forma parece organizar también su novela.
-Sí, sobre todo porque una novela debería funcionar más allá de su pura técnica narrativa. Una novela necesita personajes y no puede embarcarse únicamente en profusas conversaciones filosóficas. Por supuesto, deslicé en la novela algunos pensamientos centrales de Blumenberg, pero son muy pocos en relación con la obra colosal del filósofo.
-¿El descubrimiento de la filosofía de Blumenberg fue la consecuencia de una relación personal con él?
-No lo conocí personalmente. Si lo hubiera conocido, me habría resultado imposible escribir un libro sobre él. Trabajé de manera muy discreta, no quería invadir la esfera privada del hombre. Su mujer y sus cuatro hijos aparecen en el libro con sus luces y sombras. En cuanto a la filosofía de Blumenberg, siempre me entusiasmó. Empecé a leer sus libros a los dieciocho años, pero me resultaron entonces muy difíciles y no creo haberlos entendido del todo. Con los años, la comprensión se profundizó. Por lo demás, Hans Blumenberg es un filósofo maravilloso para los escritores. Sus ideas acerca de la utilidad y el rendimiento de las metáforas son únicas.
-¿Cómo lee filosofía un narrador? ¿Busca algo que active la imaginación o se concentra en la comprensión conceptual y la literatura viene después?
-Creo que los narradores leemos a los filósofos de un modo distinto; distinto por lo menos de la manera en que lo hace el especialista en filosofía. A mí me gusta leer a filósofos que sean además grandes estilistas, que cuiden el revestimiento narrativo y que no se abandonen sólo a las cuestiones abstractas. En el caso de Blumenberg, esta condición se cumple plenamente porque escribía de manera muy expresiva y con una riqueza metafórica inusual.
-Hay una marca religiosa en el libro que se encuentra, aparte de la condición simbólica del león, en la cercanía del filósofo con la teología. A esto podrían agregarse las numerosas citas de Clemens Brentano, poeta católico. ¿Cómo se relaciona usted con esa dimensión?
-No soy católica sino protestante, pero la Biblia y especialmente ciertas exégesis agudas de las historias bíblicas tienen una enorme importancia en mi vida. Mi abuela era además muy devota y me contaba maravillosamente esas historias de la Biblia. Y Clemens Brentano es para mí el más grande poeta alemán.
-Según aparece en su novela, Blumenberg es un solitario que sólo encuentra consuelo en el trabajo, en el león que lo visita y en la música, en los pianistas Arturo Benedetti-Michelangeli y Glenn Gould. ¿Esas preferencias musicales son las de él o también las suyas?
-¡Las de él y las mías! Hans Blumenberg amaba realmente a esos músicos. Se conserva una abundante correspondencia de Blumenberg con un amigo que era crítico musical en las que hablan principalmente de las nuevas grabaciones del repertorio clásico.
-Se nota una entonación elegíaca en Blumenberg, en el sentido de que habla de un mundo perdido; un mundo en el que pensamiento tenía acaso una influencia mayor. Esto sin contar, por supuesto, el mundo de la Alemania dividida.
-Sí. Es evidente que en la época de Blumenberg, e incluso en mis años de estudiante, la vida intelectual tenía un significado mayor que el que tiene actualmente. Pero, por otro lado, hay que decir que la división de Alemania no desempeña ningún papel en la obra de Blumenberg.
-Blumenberg era de Lübeck, lo mismo que Thomas Mann. ¿Qué vínculo tenía él, y tiene usted, con la obra de Mann?
-Naturalmente, Hans Blumenberg admiraba a Thomas Mann. En el archivo de literatura de Marbach se conserva un gruesísimo legajo con apuntes para un libro sobre Mann. Por mi parte, guardo un cariño especial por La montaña mágica.
-Cuando Apostoloff se publicó en la Argentina, algunos notaron cierta influencia de Thomas Bernhard. Personalmente, no veo tan clara esa relación, pero de todos modos me gustaría saber cómo se sitúa usted respecto de Bernhard y, más en general, en qué tradición de la literatura en lengua alemana se reconoce.
-Amo a Bernhard y leí cada línea que escribió, pero en eso usted tiene razón, mi obra no se parece a la de él ni en la actitud ni en el estilo. Yo diría que soy, de pies a cabeza, una dócil y aplicada discípula de Franz Kafka, algo que, gracias a Dios, no se nota demasiado en mis libros.


    Blumenberg  
Sibylle Lewitscharoff
.  Adriana Hidalgo editora. Buenos Aires 2013

Traducción: Claudia Baricco.


Read more: http://delcastilloencantado.blogspot.com/2013/07/lewitscharoff-soy-una-docil-y-aplicada.html#ixzz2jqwWtult

lunes, 4 de noviembre de 2013

10.000 LECTORES Por J.J. Armas Marcelo. El cultural ABC.Publicado el 01/11/2013


En el último Congreso de La Lengua, en Ciudad de Panamá, hicimos una encuesta informal sobre el número de lectores de alta literatura que hay en España. A partir de unas declaraciones de José María Guelbenzu, donde afirmaba que había sólo 10.000 lectores de esa alta literatura en la España de hoy, les pregunté a algunos escritores presentes en el Congreso panameño qué opinaban ellos sobre este asunto. Alguien que estudia estos fenómenos se mostró mucho más negativo que Guelbenzu. “1000, no suben de 1000”, nos dijo. Rebatí esa cifra insignificante elevándola al número que Guelbenzu reclama, pero no lo hice con mucha convicción. Escuchando a los editores hablar sobre la situación editorial frente al asalto de las nuevas tecnologías, el pesimismo crece hasta ver el futuro del libro en soporte de papel como algo del pasado. Digo yo que el libro siempre será en soporte de papel, el concepto conocido de libro incluye la tinta y el papel, y me niego a llamar libro a los textos que se leen en cualquier pantalla. El libro, dije, sólo es y será de papel, con olor a tinta, un objeto del que los lectores de alta literatura reclamamos su sacralidad y permanencia. Supongamos que las nuevas tecnologías nos ganen la batalla. ¿Cuántos lectores de libros de alta literatura quedaremos en España? 10.000, dije esta vez con cierta convicción. Alguien me dijo que debíamos saber a qué nos referíamos cuando hablábamos de alta literatura. Lampedusa, por ejemplo. Cervantes, por ejemplo. Galdós, por ejemplo. La poesía toda, por poner otro ejemplo, incluso la mala poesía. 10.000 lectores. Estábamos discutiendo sobre este asunto y llegó Vargas Llosa, a quien pusimos al corriente de nuestra diatriba. Le repetí mi cifra y la de Guelbenzu, que es la misma. 10.000 lectores. “No, hombre, no, muchos miles más”, dijo el novelista, muy convencido de su optimismo en los últimos tiempos.

Hay una frontera difusa ente la alta literatura y la literatura B. A veces, un afamado escritor de B se mete a hurtadillas en la alta literatura y ya no hay quién lo saquee de ese barrio, ni José Carlos Mainer con su silencio. Hay ejemplos de sobra, pero hoy estoy de muy buen humor para disparar a los 'colados' en las primeras filas de la alta literatura cuando el lugar que les pertenece es, por lo menos, el purgatorio de la mediocridad. Es posible que el pesimismo de los grandes editores sea no una cosa de alta literatura, sino de números, porque ellos trabajan desde hace tiempo con cifras económicas dejando de lado escandalosamente el valor literario de la alta literatura. Mañana, cuando hayamos perdido la batalla, quedaremos sobre las ruinas de la guerra 10.000 resistentes que seguiremos impertérritos leyendo en papel las obras maestras que nos hacen disfrutar del acto solitario y magnífico de la lectura, resistentes a cualquier canto de cualquier sirena, de esas que aparecen repentinamente en la orilla del mar para que Ulises se quede para siempre atado a la isla.

Situé entre mis escritores preferidos de alta literatura al novelista Rafael Chirbes, que no juega a hacer vida literaria, sino a hacer alta literatura con todas sus consecuencias. Volví a traer a colación al poeta, con el verbo genial y la frase exacta, todo necio confunde valor y precio. Porque no es lo mismo soplar que hacer botellas, aunque haya mucho violetero por ahí que crea que escribir depende de las ocurrencias que vayas pensando mientras entras en el bosque de las palabras creyéndote el jefe del barrio y el dueño de las frases. No recuerdo quién lo dijo, pero es verdad: tengo todas las palabras, lo que me falta es el orden. Ahí está la vaina, las palabras y el orden, la elección de la unidad literaria, no la ocurrencia cotidiana.

La alta literatura no aspira al éxito comercial, ni al triunfo social, ni al aplauso inmediato del cantante. Aspira a la permanencia en el exilio de la literatura universal, y al exilio permanente dentro o fuera de su propio país. Quien aspira al aplauso inmediato jugando con las palabras no pertenece a la alta literatura y su permanencia en nuestro exilio literario no está garantizada. Tendrá lectores, más de 100.000, pero serán ceniza. Tendrá dinero de derechos de autor, enhorabuena. Tendrá sonrisas, abrazos y múltiples amigos. Pero sus libros serán, al correr de los años, pura ceniza.