En tarde aburrida, os quiero anotar dos referencias.
La primera es de Tabucchi . Es el párrafo final de su último libro publicado en Anagrama, Viajes y otros viajes . Dice así : TIERRA : Planeta del Universo, cuarto en orden de tamaño ( del sistema solar). Sólido, irregular en forma de esferoide oblato caracterizado por el achatamiento de los polos. Describe una órbita elíptica, con una leve excentricidad. La trayectoria de tal órbita se llama eclíptica, el lapso de tiempo de su rotación en torno al Sol se llama año sideral, el lapso de tiempo de su rotación alrededor del eje que atraviesa los polos se denomina día sideral. El radio medio de la Tierra es de seis mil trescientos setenta y un kilómetros. Su superficie está cubierta en un setenta y cuatro por ciento de agua y en un ventiseis por ciento por las tierras emergidas. Y esas tierras son la tierra de nuestra Tierra.
Hermano mío, dice el hombre sin tierra al astrónomo que le explica el Universo, no pienses en la rotación de la Tierra, piensa antes en mis manos que la trabajan y no la poseen. Yo vivo en esta tierra, labro esta tierra y soy un Sin tierra. ¿Te parece posible hermano astrónomo, tú que conoces el Universo?
Se trata de un libro de viajes a diversos lugares que cuenta de forma delicada.La actitud de Tabucchi es de las que considero "inmaculadas", es decir, que quieren pasar por el mundo sin romperlo ni mancharlo...
La segunda es de Pierre Bergounioux es del libro Un poco azul en el paisaje, de Ed.Minúscula. Es así : Los bloques mates de granito gritan, en silencio, la brevedad relampagueante de nuestras vidas, la vanidad de nuestras aspiraciones, la fatalidad del olvido. Nada ha cambiado.Nada cambiará jamás.Pasamos como sueños y ese pensamiento, esa intensa emoción que nos paraliza, carecen por sí mismos de la más mínima importancia. Ningún poder ha preparado nuestra venida. Esa es una ilusión claramente localizada, un prejuicio que florece en la llanura. El planeta da vueltas en la inmensidad vacía, sin preocuparse de su frágil tripulación, y es allí, en las alturas que se aborregan hasta el infinito para perderse en el azul, donde uno se percata de ello, donde la duda ya no es posible. Habremos sido ese instante, ese deslumbramiento fugaz en la frente hirsuta, escabrosa, de la eternidad. (págs.61-62).
Pero del mismo autor y en la misma editorial os recomiendo, sobre todo, Una habitación en Holanda. Es un librito para hacer que una tarde sea maravillosa...
César Garzón.