1ª En defensa de Intemperie.
Creo que contiene todos los elementos básicos de una buena historia . Es un relato de iniciación y crecimiento del muchacho que vive en condiciones terribles y que ha decidido escapar de sus circunstancias. También lo es de héroe vengador, forjado en la supervivencia en condiciones inhóspitas, integrado en la naturaleza que le rodea y, se supone, con la misma fuerza primitiva y que acaba salvando al muchacho. Todo ello manteniendo una tensión narrativa que te hace leer de un tirón la novela.
¿Demasiados adjetivos?. A los que procedemos del medio rural, no nos parecen excesivos.
¿ Sobra el personaje del tullido?. A mi juicio , sí, no era necesario, pero al tener que enfrentarse a él aprende el muchacho a oponerse a otros hombres, pues la maldad puede habitar hasta en los que ,en principio, deben suscitar compasión.
¿ La banalidad del mal?. Pienso que es una expresión desafortunada. El mal nunca es banal. Pueden ser banales las personas que lo llevan a cabo, pero el mal nunca es banal y la reparación , con todas las ponderaciones posibles, ha de ser proporcional al mal causado, por muy banal que sea la persona que lo ha realizado. Lo siento, pero la imagen del cabrero malherido apoyado en el marco de la puerta y disparando el cartucho de postas , me encanta. Es un final feliz. Se ha restablecido el orden.
Curiosamente el muchacho busca su salvación en El Norte. En El Sur, la maravillosa película de Victor Erice, el padre de la protagonista está lleno de la añoranza del Sur y lo transmite a su hija : la alegría, la vitalidad, la calidez y expresión de los sentimientos...El pasodoble...¿ Con qué nos quedamos?. No tengo respuesta. Lo debatiremos en otra ocasión.
2ª Y volviendo a Adversarios admirables.
He vuelto a leer estos días un libro recién publicado : Lo que nos cuentan las imágenes, de E.H. Gombrich (Ed.Elba). Se trata de una larga conversación con el periodista del Nouvel Observateur Didier Eribon. ( Resulta que ya tenía el mismo libro publicado por Debate en 1992 : mi Alzheimer está mucho más próximo . Me habita).
E.H.Gombrich, nacido en Viena y emigrado a Inglaterra en 1936, podéis deducir fácilmente por qué motivo, tiene una Historia del Arte maravillosa, de lectura fácil, amena. Uno de los libros más importantes de mi vida de lector. Después varios libros que recopilan sus múltiples ensayos. Un par de libros de Historia del mundo e Historia de la cultura contadas a su hija, etc... Falleció en Londres en 2001.
En el libro citado repasa su vida y su obra y no es el momento de que me extienda. Para lo que trato de transmitiros mi recomendación es que se lea en sentido inverso, es decir comenzando por el último capítulo .
El último capítulo es Fisiología del gusto y se dicen cosas como esta : “ Hay impresiones que aportan una satisfacción inmediata a los sentidos, por ejemplo, lo que es dulce, lo que brilla , o bien las formas más sencillas del ritmo musical. Pero es también un hecho psicológico que esa satisfacción inmediata pueda conducirnos al hastío...” (pág.215). Es uno de tantos mecanismos de feed back de la naturaleza. Para ilustrarlo ha citado un párrafo de Cicerón donde aplica el mismo concepto a la oratoria, de como un estilo afectado y florido no puede gustarnos durante mucho tiempo. Cita a Bourdieu que demuestra que ciertas capas de la población buscan satisfacciones inmediatas, mientras que los “intelectuales” rechazan esos gustos kitsch. Y habla de los últimos cuartetos de Beethoven donde los elementos simples de las melodías y los ritmos atractivos son integrados en un contexto más vasto que requiere una cierta costumbre y un esfuerzo para ser entendido y apreciado.
Y esto viene a cuento porque en la tertulia de Adversarios admirables se habló de el estar enamorado y el querer. Y de como Teresa y Simón cumplieron bien con lo primero, pero fallaron en lo segundo, porque el estar enamorado no tiene mérito , se impone a la voluntad, mientras que el querer requiere una cierta costumbre y un esfuerzo para ser entendido y apreciado... En definitiva, hay que querer querer. Y si se hace el esfuerzo, los últimos cuartetos de Beethoven resultan insuperables...”ese sentimiento dolorido y deforme que consigue sobrevivir a todas las batallas...” . Olga dixit.
César