ALARICO, EL REY DE LOS GODOS. Novela histórica.
La editorial Grijalbo acaba de publicar ALARICO, EL REY DE LOS GODOS, del escritor Blas Alascio.
La novela histórica, siempre cautivadora cuando distrae y enseña tiene en esta obra una magnífica representación. Por ella fluye el devenir del Imperio Romano a fines del siglo IV, camino de su caída.
El relato se centra en en la infancia, juventud y primera madurez del hombre que consiguió con sus hazañas quedar asociado al panicum Gothorum que aterrorizo durante años a la hasta entonces tranquila sociedad romana.
Alarico, miembro de la dinastía baltinga, fue en su niñez rehén del Imperio cuando el emperador Valente autorizó al pueblo godo a cruzar en penosas condiciones el río Danubio. El autor lo sitúa de rehén en Alejandría y eso le da pie para mostrarnos la belleza de esa ciudad y ofrecernos un sugestivo elenco de personajes, como la filósofa Hipatia, el poeta Claudio Claudiano o el historiador Amiano Marcelino. Según se va desarrollando la acción, conoceremos también, entre otras, la vida cultural de Atenas, los ritos de purificación de Eleusis y la fastuosidad de Constantinopla.
Una de las grandes virtudes de la novela es que sabe introducir con habilidad al lector en las intrigas palaciegas y en las estrategias políticas de un mundo burbujeante en constante cambio, en el que sobresale la figura del emperador hispano Teodosio el Grande, la de Serena, su sobrina y amante y la del gran general Estilicón, perpetuo oponente del rey godo Alarico. El autor es capaz de mantener la tensión narrativa y la atención de lector mediante una trama atractiva y emocionante que preserva la coherencia de los hechos históricos.
El excelente manejo de los diálogos hace avanzar a buen ritmo la acción en la que los personajes adquieren pronto corporeidad y viveza gracias a que resultan creíbles, coherentes y auténticos.
El relato de Blas Alascio aporta la novedad de tratar la figura de Alarico sobre la que solo median en nuestro panorama editorial escasos ensayos biográficos. En manos del autor del texto se transforma la historia en un espléndido y diáfano friso del convulso estertor del Imperio Romano, con una ambientación detallada y precisa.
Una novela excelente que ofrece una perspectiva interesante y enriquecedora de aquella época, que todo amante de la historia merece conocer.
Enrique Ibañes
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